Los invasores del organismo: cómo nos protege el organismo
Un sistema inmunitario sano: las defensas del organismo frente a los gérmenes
Todos sabemos que un sistema inmunitario sano es esencial para combatir los gérmenes invasores que pueden producir enfermedades. Estos son, por ejemplo, los virus comunes que nos atacan cada invierno (y que provocan los resfriados o la gripe) o las bacterias (como los estreptococos, que pueden causar un dolor de garganta intenso).
La piel y las mucosas (como el revestimiento interno de la nariz) actúan como una barrera para evitar la entrada de los gérmenes en el organismo. A estas se añaden la saliva, el sudor y las lágrimas (las defensas «químicas» del organismo), que contienen sustancias (como las enzimas) capaces de destruir a los gérmenes.
Si los gérmenes consiguen entrar en el organismo, el sistema inmunitario forma la siguiente línea de defensa para impedir que crezcan y se multipliquen. El sistema de defensa inmunitario está formado por células de vigilancia y sustancias mensajeras (citocinas) que circulan por la sangre y detectan y combaten los gérmenes invasores.
Infección: cuando se produce una invasión de gérmenes
Descubra cómo las defensas del sistema inmunitario se activan en los pacientes con enfermedades autoinflamatorias, incluso cuando el organismo no ha estado expuesto a gérmenes invasores, y producen un «autoataque» e inflamación en el interior del organismo.
Cuando los gérmenes invaden el organismo y producen una infección, dos partes del sistema inmunitario colaboran para combatir a los invasores:
- En primer lugar, una infección típica se combate mediante la respuesta integrada contra los invasores (el sistema inmunitario innato) a través del proceso de inflamación, que atrae a células para que se «coman» a los invasores (piense en el juego de Pac-ManTM). Si esto no es suficiente para destruirlos, interviene el sistema inmunitario adquirido.
- El sistema inmunitario adquirido «aprende» sobre el germen y a continuación desarrolla anticuerpos específicamente dirigidos a ese microorganismo. Los anticuerpos se unen a los gérmenes y los agrupan para poderlos destruir. El sistema adquirido también «recuerda» al microorganismo y puede producir anticuerpos específicos contra este con gran rapidez gracias a la «memoria inmunitaria», en caso de que el mismo germen vuelva a invadir el organismo. Cuando nos vacunamos, nos aprovecharnos de la capacidad del organismo para recordar las invasiones previas de gérmenes.
Desarrollo de una respuesta inmunitaria sana contra los gérmenes
Autoataque: las enfermedades autoinflamatorias
¿Qué son las enfermedades autoinflamatorias?
Las enfermedades autoinflamatorias son trastornos en los que la respuesta inflamatoria parece producirse de forma automática o «de forma autónoma» y no como respuesta a una invasión de gérmenes. En esta autoinflamación interviene el sistema inmunitario innato[1] y se produce de forma periódica en algunas personas o de forma continua (crónica) en otras.
Durante una respuesta autoinflamatoria, el sistema inmunitario innato se activa aunque no haya gérmenes en el organismo. (Esto significa que las células inmunitarias actúan como si estuvieran combatiendo a los microorganismos, lo que provoca una respuesta inflamatoria que afecta a todo el organismo.[1]) Esto da lugar a una crisis en la que se manifiestan los síntomas típicos, como fiebre, erupción cutánea, hinchazón de ciertas articulaciones, dolor y fatiga.[1]
¿Por qué ocurre esto?
Las enfermedades autoinflamatorias tienen varias causas:[1]
Mutaciones genéticas
- Hereditarias
- Causadas por cambios en las «instrucciones» (ADN) para el sistema inmunitario innato
- Incluyen síndromes de fiebre periódica (CAPS, FMF, TRAPS y HIDS/MKD)
Factores desencadenantes
- Sustancias creadas durante las reacciones químicas del organismo (productos metabólicos) o sustancias extrañas
- Aire frío o de refrigeración o cambios de temperatura (CAPS), factores estresantes (en todos los síndromes de fiebre periódica) o incluso vacunas (HIDS/MKD)
Causas múltiples/desconocidas
- Pueden provocar que un paciente desarrolle: artritis idiopática juvenil sistémica u otras enfermedades frecuentes como gota, pseudogota, diabetes tipo II y ateroesclerosis
CAPS: síndromes periódicos asociados a la criopirina; FMF: fiebre mediterránea familiar; TRAPS: síndrome periódico asociado al receptor del factor de necrosis tumoral; HIDS/MKD: síndrome de hiperinmunoglobulinemia D/deficiencia de mevalonato quinasa
El culpable: la IL-1β
La interleucina-1 beta (IL-1β) es un mensajero del sistema inmunitario innato no específico que puede tener un papel especial en muchas enfermedades autoinflamatorias, incluida la activación de la respuesta inflamatoria.[2] ¿Qué queremos decir con «mensajero»? Son señales que ordenan a las células inmunitarias que acudan al lugar donde se encuentran los invasores.
Referencias bibliográficas:
-
Ciccarelli F, De Martinis M, Ginaldi L. Curr Med Chem. 2014;21:261–269.
-
Dinarello CA: JEM 2005; 201: 1355–1359.
-
Dall, L, Standford JF. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK324.
-
Ceciliani F, Giordano A, Spagnolo V. Protein Pept Lett 2002; 9: 211–223.
-
Nouri AME, Panayi GS, Goodman SM. Clin Exp Immunol 1984; 55: 295–302.
-
Rare Diseases UK. About Rare Diseases. Disponible en: https://www.raredisease.org.uk/what-is-a-rare-disease/